Asesinas en serie.

Es muy usual que cada vez que se menciona el tema de asesinos en serie, los ejemplos que vienen a la cabeza son de hombres, sin embargo, eso no quiere decir que a través del tiempo, no hayan existido asesinas en serie y muy muy malas. Si no me creen sigan leyendo y verán.

Asesinas en serie.

Elizabeth Báthory.

Condesa húngara que torturó y asesinó a 650 mujeres jóvenes en su castillo de Cachtise, actual Eslovaquia, entre 1585 y 1610. 

Viuda joven (casada a los 14 años) descendiente de familiares poderosos, también asesinos en serie y fiel creyente de la magia negra, estaba segura de que bañarse en sangre alargaba la juventud, por lo que comenzó a matar a las campesinas pobres de la zona.

Cuando estas no quisieron ir a trabajar más allí, creó una escuela femenina para hijas de nobles, pero con las desapariciones de esas chicas, los padres iniciaron una investigación, hallando a decenas de ellas encerradas, a la espera del día de morir. 

Fue condenada a estar emparedada el resto de su vida, en una de las mismas celdas que había utilizado, murió cuatro años después. 

Belle Sorenson Gunness.

Conocida con el apodo de “Lady Barbazul” asesinó, según se cree, a más de 60 personas. 

Mujer noruega que, después de que, en una fiesta en su región, fuera pateada en la barriga por uno de los hombres poderosos del lugar y perdiera al bebé que esperaba, emigró a los Estados Unidos, en 1881.

Allí comenzó la triste historia que la hiciera famosa, al quemar varias propiedades, matar a sus dos maridos, el primero en uno de esos incendios, el segundo golpeándolo con una picadora de carne en la cabeza y a sus cuatro hijas. En todos los casos logró hacerlo pasar por accidente y cobrar los seguros o las compensaciones. 

Luego publicó anuncios en los periódicos para buscar pretendientes ricos. Los que se presentaron, salvo uno, terminaron envenenados y con el cráneo aplastado. 

Cuando las sospechas se hicieron reales, desapareció. Años más tarde, una mujer fue detenida y encarcelada por envenenar a su marido y aunque nunca reveló su nombre, muchos estaban seguros de que era Belle. Murió en prisión en 1931.

Amelia Dyer.

Llamada también “Killer farmer”, está considerada la más cruel entre todos los asesinos de Inglaterra al matar a más de 400 niños.

Enfermera en la Inglaterra victoriana, en un momento en que se había aplicado una ley que determinaba, que los padres de hijos ilegítimos no tenían que hacerse cargo de ellos. 

Y las madres que tenían que trabajar todo el día para poder mantenerlos no tenían tiempo para cuidarlos, por lo que buscaban personas que se dedicaran a ello. 

Ahí ella vio una forma de ganar dinero sin mucho esfuerzo. Cobraba por adelantado y luego los asesinaba por medio de la estrangulación con una cinta blanca, le administraba opiáceos o los dejaba morir de inanición. 

La descubrieron por el cadáver de una niña que apareció flotando en el río con la cinta anudada al cuello.

Fue ahorcada el 10 de junio de 1896 y aunque era la que más mató, no fue la única, otras 8 mujeres pagaron por lo mismo de igual forma.

Ilse Koch.

Carcelera nazi, mujer del comandante de Buchenwald, uno de los primeros y más grandes campos de concentración en Alemania, durante la Segunda Guerra Mundial.

Mataba a los prisioneros entre otras técnicas, mediante golpes, los obligaba a practicar sexo de forma sádica y brutal y luego los desollaba para con su piel fabricar lámparas.

Mató ella sola a 500 personas.

Fue condenada por torturas y crímenes contra la humanidad y encarcelada. 

En 1967, a los 60 años, escribió desde su celda una carta a su hijo donde no mostró ningún tipo de arrepentimiento. Ató varias sábanas, las sujetó a la lámpara y se ahorcó.

Miyuki Ishikawa.

Matrona japonesa cuyas víctimas se estiman en más de 100 y nada menos que niños.

Terminada la Segunda Guerra Mundial, esta asesina que trabajaba en el hospital de maternidad de Kotobuki, ofrecía a las madres recién paridas cuidar, junto con el médico Shiro Nakayama, a sus hijos por una suma de dinero, ya que les saldría más barato que la crianza. 

Después de que los pagos se efectuaran, procedían a redactar los certificados de defunción. 

El negocio se les acabó porque dos policías descubrieron los cuerpos de cinco niños y el rastro los llevó hasta ella y 70 niños más. 

Increíblemente fue condenada a tan solo 8 años de prisión y en la apelación, se la redujeron a la mitad, con lo cual esa bestia, estuvo nada más que cuatro años encerrada. Murió en 1987.

Y hay más, pero como dice un refrán “para muestra un botón”.

Deseo que les haya gustado conocer sobre estas "Asesinas en serie", a pesar de lo fuerte y triste del tema ¿Me dejan un comentario? Gracias.

Un saludo y nos vemos por aquí, con más curiosidades y misterios. Los espero.