Doctor Holmes y un hotel para morir.
Para conocer la historia empecemos con quien fuera diseñador y dueño del hotel Holmes, Herman Webster Mudget, catalogado como el primer asesino en serie del mundo.
Nacido el 16 de mayo de 1860, en New Hampshire, Estados Unidos, de una madre puritana y perfeccionista y un padre alcohólico y abusador, creció con mucho odio hacia las mujeres, sobre todo las que eran ricas, lo que lo llevó a estafar a todas las que podía, usando la atracción que despertaba y con ello amasó una considerable fortuna.
El Dr. H.H. Holmes, como comenzó a llamarse para poder casarse, con una de las que fueron sus esposas, al enterarse de que en Chicago, se celebraría una exposición muy importante, decidió poner en práctica las ideas que tenía en la cabeza y se dio a la tarea de construir un hotel que atrajera la atención de las mujeres.
Un hotel para morir.
Para hacerlo, recurrió a varias empresas a las que interrumpió sin pagarles, cuando solo habían construido una parte, con lo cual solo él dominaba en realidad, el diseño del edificio que constaba de tres plantas, 1 sótano, más de 60 habitaciones provistas de trampas; puertas correderas; escaleras que no iban a ningún lugar; laberintos; pasillos escondidos y cuartos sin ventanas.
También decenas de mirillas, desde donde podía ver, sin descubrirse, el sufrimiento por el que hacía pasar a las víctimas; debajo del parqué del suelo había una instalación eléctrica que detectaba los movimientos para saber en cada momento dónde se encontraban; espitas de gas ocultas en las paredes que él manejaba desde lejos y sopletes detrás de planchas de hierro.
Las mujeres que hospedó, fueron sometidas a torturas, algunas tan raras como con una máquina diseñada para hacer cosquillas en los pies hasta que morían de risa, asfixiadas o les practicó la autopsia estando vivas.
Usaba toboganes y montacargas, que los transportaba a un pozo lleno de ácido o las encadenaba a una prensa rotatoria que trituraba sus huesos, para hacer desaparecer los cadáveres.
Esta macabra historia, no fue descubierta en su momento, porque al terminar la exposición en 1893 y bajar sus ingresos, se fue a seguir estafando y dejando un rastro de muertos en su camino, hasta que lo denunciaron por fraude a una compañía de seguros y las autoridades comenzaron a investigar.
Quienes llevaron a cabo la investigación en el hotel, quedaron horrorizados, al descubrir rastros de al menos 200 cuerpos. Él solo confesó 27 en el juicio, en el que actuó como su propio abogado.
Fue encontrado culpable y sentenciado a morir en la horca. Se cree que a sus 34 años debe haber sido responsable de unas 300 muertes.
Dicen que sus últimas palabras fueron: "Nací con el Diablo junto a mi cama y siempre estuvo conmigo".
Además de maldecir a todos los que se cruzaron en su camino, pero algunas investigaciones recientes piensan, que es muy posible que no haya muerto y que algún cómplice lo ayudara a escapar.
No tengan miedo, ya no puede estar vivo y el hotel se quemó hace mucho tiempo, así que si alguien quería ir, lo siento.
Deseo que les haya gustado conocer a Doctor Holmes y un hotel para morir, aunque la historia sea muy fea.
Un saludo y nos vemos aquí, con más curiosidades y misterios. Los espero.
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